ABC DEL CORRECTOR

Empieza seleccionando los tonos de corrector. Para las ojeras, elige un tono más claro que tu piel para iluminar la zona. Para el acné y las rojeces, querrás un tono que combine a la perfección con tu tono de piel.

Empieza el maquillaje aplicando la base de maquillaje antes del corrector. Esto te ayudará a utilizar menos corrector, lo que dará un resultado más liso y natural.

Aplica el corrector en pequeños toques formando un triángulo invertido bajo el ojo, con la punta hacia la mejilla. Asegúrate de no aplicar demasiado producto porque produciría arrugas. Alisa y difumina los trazos dando suaves toques con el dedo anular, un pincel de corrector o una esponja de maquillaje húmeda.

Fija el corrector con una aplicación muy ligera de polvos traslúcidos (un exceso produciría arrugas).

Para las rojeces, aplica pequeños puntos de corrector donde sea necesario (a veces, aparecen en las aletas nasales) y difumina dando suaves toques del corrector con el dedo anular, un pincel de corrector o una esponja de maquillaje húmeda.

Para cubrir el acné, empieza con un minúsculo punto de corrector para cubrir sus marcas y las rojeces que las rodean. Intenta no exagerar, o acabarás resaltando la imperfección. Difumina con cuidado dando suaves toques del corrector con el dedo o un pincel pequeño.